Gel refrescante: La manta contiene un gel refrigerante no tóxico (generalmente a base de agua y polímeros especiales) que absorbe el calor del cuerpo del animal cuando este se acuesta sobre ella.
Autorrefrigeración: El gel se activa con la presión del cuerpo (al tumbarse) y se mantiene más frío que la temperatura corporal del animal durante un tiempo (normalmente entre 1 y 3 horas, dependiendo del modelo y las condiciones).
Reactivación automática: Tras un uso prolongado, la manta puede calentarse. Basta con dejarla reposar sin uso durante unos 15-30 minutos para que el gel se "recargue" y vuelva a estar fresco.
